Las madres son las primeras protectoras y educadoras de los niños y auténticas agentes de cambio. Como señala la Organización Mundial de la Salud, la pandemia de la COVID-19 no debe interrumpir el derecho de toda mujer a una atención materna respetuosa y de alta calidad.
En tiempos de la pandemia de coronavirus (COVID-19), apoyar la participación de las madres para resolver los retos sociales es una estrategia única para promover una menor vulnerabilidad, una mayor resiliencia y con ello, el mejor comienzo de la vida.
Para poner en marcha buenas prácticas en la atención a las madres y los bebés, las universidades y los responsables de la toma de decisiones deben tener en cuenta las perspectivas y prioridades del usuario final, ya que éste comprende mejor cómo funcionan las cosas en la «vida real». Las madres deben participar en el diseño, la aplicación y la evaluación de las intervenciones para proteger y promover los derechos de los niños, la familia y la sociedad, especialmente en la ciudad donde viven.